En esta ocasión, durante unas semanas he intentado comprender el mundo interno de una persona en particular, alguien que ante mis ojos pasaba desapercibido no es una persona de mi familia, ni siquiera era mi amigo, no lo trataba mucho pero siempre lo veía sentado en su puesto de periódicos.
Siempre estaba en el mismo sitio, no importaba si el calor era intenso o si el frío era sumamente extremo, allí permanecía impertérrito, como si no sintiera nada. Este comportamiento me llamaba mucho la atención, pensé que tal vez era un vago que no tenía nada que hacer y al cual ya nada le importaba, una persona acostumbrada a la vida dura.
Su aspecto no era del todo agradable, sin embargo no debía basarme en eso para tener un concepto sobre él, entonces decidí movido por el interés de averiguar algo más sobre su persona, comprarle periódicos todos los días excepto los miércoles. Mi indagación, si se le puede llamar de esa forma, no fue nada fácil. Tenía que encontrar la manera de recabar información preliminar, para en base a ello plantear un modo de cómo tratarlo, como para ir haciéndome la idea.
No se si tal vez su nombre sea importante, pues yo considero que la esencia de una persona esta en sus acciones, en lo que vale en sí. Lo pasaré a nombrar como amigablemente lo llaman los que lo conocen : juanito. Tiene lo que se puede decir las agallas para afrontar la vida sin el menor miedo, su expresión lo dice todo, una mirada decidida y firme, un carácter un poco hosco y malgeniado, pero en el fondo había quizá algo de fraternidad.
Su trato malgeniado se manifestaba cuando vendía, lo hacia con un trato nada cordial, a mi personalmente no me agradaba su forma de tratar a las personas, pero en fin, que se podía hacer, todo comportamiento tiene siempre un motivo, y yo estaba tratando de hallar eso, es decir ponerme en su lugar. Tratando de abrir el diálogo le pregunté si vivía con sus padres, de repente se quedó en silencio unos segundos y con tono ronco y quebradizo me contesto que vivía solo con su padre y cuatro pequeños hermanos, pues su madre había fallecido. No sé si fue un exceso de sinceridad, tal vez pensó que yo quería ayudarlo o si me interesaba su situación, pero es que a veces las personas de algún modo necesitamos exteriorizar algo de nuestro mundo interior, como un medio de catarsis. Le puedo atribuir también esto a las circunstancias; sin duda no había sido un buen día para él, pues casi no había vendido muchos ejemplares, es que a veces la suerte no nos sonríe a todos de la forma que quisiéramos posible, en fin, a lo que voy. Es que tal vez pudo sentirse tan mal o peor aún miserable al saber que no llevaría el sustento para mantener a su familia, pero luego me puse a pensar en el padre de este joven, ¿que acaso sería juanito el único proveedor?
Dos días después intente sacarle más información, ya me había hecho una idea del porqué de su carácter, solo me faltaba indagar como era la relación con su padre, y quizá allí encontraría el motor de su vida. Con esa intención volví a aquel puesto, temprano como todos los días, y es que siempre estaba a esa hora todos los días, aparecía cargado con un montón de periódicos, tantos que inclusive no se le veía el rostro y le temblaban las piernas, y eso me demostraba la fuerza de no dejarse vencer, de demostrarle a la vida, que pese a todos los golpes, hay una persona que le sale al frente y no se amilana. Sin embargo ningún ser humano es de acero, o lo suficientemente resistente como para no sentir dolor, esa mañana que llego pude notar una expresión de preocupación y rabia.
Cuando le pregunté que le había pasado, por un momento me pareció ver que se le caían las lágrimas, evidentemente se negó a contestarme, me fui de allí después de comprarle, y regresé luego de tres días, espere que hubiese recuperado el ánimo para abordarlo con una última pregunta, obviamente era que le había pasado. La confesión en verdad era algo que yo ya me suponía, su padre era alcohólico que no aportaba con nada en el hogar, es mas solo traía consigo problemas y angustias, era una carga pesada. En si es muy duro vivir en esas condiciones, como si el mundo confabulara en contra de uno, como si a pesar de tener ya suficiente desdicha, el destino nos endilga más. A partir de ese momento me empecé a dar cuenta que a comparación de los muchos problemas que he tenido, este caso representaba mucho más que esos. Era algo quizá que yo no habría podido soportar en esa situación, en realidad el valor y el coraje con el cual se afronta la vida, sin casi ninguna posibilidad de salir airoso es encomiable. Seguí acudiendo a ese puesto y decidí ya no preguntarle más, solo esas dos conversaciones me sirvieron para comprender el mundo interno de juanito, me ayudo a entender su situación, a veces desdichada y miserable, pero también para sacar algo bueno de esto, es decir esta experiencia me sirvió para valorar más tal vez a estas personas, tan insignificantes a la vista de todos, pero de grandes vidas y experiencias memorables, grandes en sus actos donde demuestran esa firmeza inquebrantable de no rendirse.